La gran aventura de la abuela Carmelita





La gran aventura de la abuela Carmelita


Esta es la historia de Carmelita, una abuelita que vivía en su casita con su nieto Pedro en un pueblo muy muy lejano, pero muy bien comunicado. Carmelita era una señora muy agradable, le gustaba hornear pasteles y cuidar sus flores; quería mucho a su nieto, Pedro, y él a ella. Carmelita cuidaba de la casa mientras Pedro iba al instituto; se tenían el uno al otro y compartían muchos momentos juntos
A pesar de su buena relación, no todo siempre era felicidad, pues Pedro tenía prohibido a su abuelita acercarse al ordenador, ya que según él, podía estropearlo. Esta situación le había causado un gran miedo a Carmelita, quien pensaba que el ordenador era un aparato muy complicado y “maligno”. Sin saberlo, los comentarios de Pedro ahuyentaban a la abuelita de enfrentarse al ordenador. 
Cierto día que Pedro se encontraba utilizando el computador, recibió una llamada de Luca, su mejor amigo para que fuera a jugar fútbol. Pedro salió muy de prisa despidiéndose de su abuelita y diciéndole que volvería más tarde.

Carmelita, que estaba mirando un viejo libro de recetas, sólo escuchó a Pedro despedirse y cerrar la puerta, trató de alcanzarle, más ya no pudo y regresó a su habitación; al pasar por el dormitorio de Pedro se dio cuenta que el ordenador estaba encendido. Sintió una gran tentación al mirar la pantalla brillar
y después de varios intentos y vaciladas pudo sentarse frente a éste tal y como siempre miraba a Pedro hacerlo.
Se quedó un momento atemorizada mirando, sabía que su nieto no iba a volver pronto, era una oportunidad para vencer el miedo que la máquina provocaba en ella y demostrar que podía usarla sin hacerle daño; de un impulso la tocó. Inesperadamente del ordenador salió una luz y de pronto Carmelita sin saber como, se encontraba en un lugar extraño, en el que ella nunca se imaginó que podría estar.
Asustada, Carmelita, pensó en la razón que tenía Pedro al decirle que no debía acercase al ordenador. Algo confundida se sentó.
- Pero si yo ya estoy muy vieja para esto. Cómo es que me atrevo a tocar este aparato. No puedo caer de inocente y acercarme a esta máquina como si fuera cualquier licuadora. Carmelita, no seamos tan ingenuas- acusó algo desorientada la abuelita. 
En eso estaba la anciana, cuando de pronto escuchó una voz que salía del ratón:
- Bip bip bip bip. Carmelita, soy Mouser, componente del ordenador, ratón guía y gurú informático. Vengo acá para soportar tus penas computacionales, soy tu escudero ante software y hardware. Vengo a ayudarte.-dijo la voz casi robótica del ratón.
Bajo un ataque de nervios y de un grito súbito carmelita vociferó.
- ¡Santa Teresa Perpetua! Este bicharraco me está hablando.  
Todo era muy extraño, como atrapada en un caleidoscopio, tenía la sensación de que todo estaba unido y funcionaba de esa forma. Como la receta del pastel de chocolate, ningún ingrediente puede faltar en la mezcla.  
De pronto mientras avanzaba, extraños objetos comenzaron a pasar a su alrededor, conforme se acercó miró que eran como cartas aladas que avanzaban raudamente de un lado a otro. Atemorizada, la abuelita trató de correr y se encontró con muchas puertas cerradas las cuales no consiguió abrir. Su desesperación aumentaba y sólo quería salir de este extraño mundo, volver a sus flores y recetas.
Al ver la angustia de la abuela, Mouser, que la había seguido sigilosamente, nuevamente se acerca.
-Carmelita, confía en mí, soy el único aliado que tienes en este universo. Además, tú eres la que me controla, yo solo sigo tus órdenes- fue el mensaje reparador de Mouser
- Mouser. ¿Puedo confiar en ti?- preguntó la anciana.
- Claro que sí, ya te dije, no haré nada que no me pidas.
- Te pido que me expliques que son estas puertas que no logro pasar.- advirtió Carmelita.
- Esas puertas guardan tesoros, experiencias, información, imágenes, son entradas a la mayor biblioteca conocida. Solo debes golpearla dos veces, prueba.- respondió el ratón, con el tono en que los padres responden a sus hijos.   
- Vale, esto es más fácil de lo que imaginaba. Me gusta esa puerta que dice Juegos, probaré con ella.- refirió Carmelita, como quien prueba por primera vez el chocolate.
Una puerta pesada y antigua se abrió. Carmelita asomando la cabeza miró asombrada un paisaje bélico, donde explotan bombas y soldados ponían banderas arriesgando sus vidas. La abuela cierra rápidamente la puerta y mira al ratón.
- Esto no parece un juego sino una guerra, a dónde me has metido señor Mouser. Mi nieto debe jugar esto, el nunca me cuenta nada de lo que pasa acá. Por eso le temo- augura.
- Este mundo es virtual querida Carmelita. Eso quiere decir que es simulado, que es como cuando de pequeños jugábamos a la guerra. No es real, es una simulación. Acá, en el ordenador, pasa lo mismo.- respondió el sabio ratón.
- Entiendo, entiendo o eso creo. Pero muéstrame más, señor Mouser.- fue la exigencia de la octogenaria.
-Carmelita, pon tus manos sobre mi dorso que vamos a navegar este planeta informático.- alegó Mouse con tono aventurero.
Mouser era muy servicial, tuvo mucho interés en acompañar a la dama, así que juntos emprendieron el viaje a través de extraños mundos donde Carmelita encontró un cine el cual proyectaba películas en donde su familia era la protagonista; galerías fotográficas de su nieto y bibliotecas con un sin fin de libros.
-Son los archivos del ordenador – le explicaba el ratón al navegar por estos múltiples escenarios.
Uh! –  Carmelita pensó que no quería entrometerse en la vida de Pedro y encontrar algún secreto.
Emocionada pero inquieta por la posible llegada de su nieto, la abuela quiso regresar a la realidad.
- Mouser, este ha sido un viaje revelador. Casi como mi primer encuentro con la cocina.- dijo la abuelita con tono de complicidad, mientras confesaba. -Pero ya quiero ir al mundo real, a mis quehaceres y mi hogar.
- Como todo camino, para regresar, da la vuelta y sal como entraste.- respondió Mouser.
Como una veleta llevada por el viento a puerto, la abuelita pensó. -Vale, solo debo tocar algo…
Es en este momento donde el ratón le extiende su mano para despedirse y con gesto de gratitud en el rostro, la abuela pierde el miedo y lo toca. Con esto, nuevamente aparece el rayo de luz, que antes la había transportado a través de la pantalla y la devuelve a la habitación del ordenador.
Momentos más tarde Carmelita miró desde la cocina cómo su nieto gritaba de rabia al no poder conseguir algo en el ordenador.
- ¡Mierda! Dónde está mi foto del último Halloween…! – grita Pedro.
La abuela se acerca, mira el ordenador y con seguridad le dice a su nieto:
- Búscala en la galería de tus favoritos – tal frase causó gran sorpresa en la mirada de su nieto.
A partir de ese momento ambos compartieron la experiencia de utilizar el ordenador. Pedro enseñó a su abuelita, quien de vez en cuando viajaba con su amigo Mouser a seguir aprendiendo para luego sorprender a su nieto.
La abuela buscaba recetas a través de Internet, mientras su nieto estaba en clases y el niño hacía sus deberes mientras ella buscaba un nuevo abuelito para él… por Internet.



Idea

Trabajar el miedo y la inseguridad provocado por los más jóvenes a los adultos mayores, con respecto al uso de la tecnología, específicamente al uso del ordenador.



Personajes
Abuelita Carmelita
Pedro
Ratón de ordenador

Sinopsis

La abuela Carmelita tiene miedo de tocar el ordenador por miedo de dañarlo, ya que su nieto Pedro siempre le dice lo mismo cuando ella se interesa en aprender a usarlo. Un día la abuela toca el ordenador y entra en él. Ella está súper asustada y no sabe que hacer, pero poco a poco vivirá una aventura dentro del ordenador la cual la llevará a aprender y hacer amigos, pero sobre todo a no tener miedo.
Actividad
Escucha de cuento y posterior reflexión entre los alumnos.
Objetivos:
Generar reflexión entre los alumnos sobre sus miedos e inseguridades frente al ordenador.
Promover el acercamiento en generaciones separadas por la brecha digital.
Propiciar un ambiente de confianza entre los participantes.
Público:
Adultos mayores en proceso de iniciación en alfabetización digital.
Metodología:
Al comienzo de la clase de Iniciación, el formador presentará el cuento como parte de una actividad de reflexión. Idealmente distribuidos en semicírculo, cada alumno recibirá una versión impresa del cuento como soporte adicional al material de audio. El formador reproducirá “La gran aventura de la abuelita Carmelita” mientras los alumnos leen el impreso.  (Duración: 8 minutos)
Al finalizar el audio, el formador invitará a los alumnos a que participen en una discusión abierta cuya intención es que ellos hablen acerca de sus propias experiencias con el ordenador. (Duración: 15 minutos)
Si el formador percibe que no hay una participación espontánea de los alumnos, se sugiere algunas preguntas:
. ¿Qué opinan del cuento?
. ¿Hubo una identificación con el?
. ¿Alguna vez les han prohibido de acercarse al ordenador?
El formador hará una última reflexión que utilizará para encerrar la actividad e invitarlos a iniciar su propia aventura. Se continúa con la clase.